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nº 60, octubre 2024

Contingencia, particularidad y solidaridad

x Alejandro Baroni Marcenaro

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Se ha dicho que la astronomía confiere humildad y yo añadiría que forma el carácter
Carl Sagan

Maestra: ¿qué es tu papá?
Niña: ¿?
Maestra: ¿qué hace tu papá?
Niña: ahh, muchas cosas
Un diálogo que se dio en la escuela.

¿Quién piensa abstractamente? El hombre desconocedor, no el conocedor.
G.W.F. Hegel

 

Siguiendo un ejercicio urgente de humildad teórica, este ensayo trata de algunas pocas certezas, con apertura a lo nuevo que pueda venir, y de una cantidad de incertezas con la misma apertura.

Hegel, el descriptor del espíritu absoluto que vaga sin descanso ni entretenimiento, entra y sale sin aviso ni molestia de los conocimientos de su época y las convicciones de su intérprete, en un texto periodístico ironizó sobre la tendencia sistémica intelectual a la abstracción. Nos dice que es más difícil el pensamiento concreto que la supresión o abstracción de las condiciones, limitaciones, particularidades para limpiar la realidad y formular la idea.
¿Qué es esta ironía? ¿un ataque grosero a la abstracción?
No, es un llamado a una cierta especie de inteligencia de la simplificación (IS), de la aceptación simple de la complejidad concreta de las cosas, de la consideración atenta a los grados de abstracción. Es una invitación a dejar el abuso de la idea pura liberada de algunas condiciones y particularidades.
Es el requerimiento de dejar la imposición de condiciones ideales y decir cual iluminados: así funcionan las cosas, en lo que es un camino seguro al empantanamiento.

Es el gusto por la humildad teórica, un elogio al cuidado de la buena inducción, abducción y generalización. Un impulso a comprender las sombras que ven los prisioneros en la caverna de Platón sin la ilusión ni imposición de que al salir a la intemperie las ideas se iluminarán y aclararán necesariamente, salvo una intensa lucha interminable.

Es el sentimiento de que la inocencia puede ser un arma explosiva.

En el epígrafe del comienzo, la niña responde a su maestra diciendo que su padre hace muchas cosas y puede describirlas. Ella no sabe qué es él.

Y basta de introducción, este no es un texto sobre epistemología ni ontología, de cómo se obtiene conocimiento ni de cómo son las cosas. Más bien quiere ser una apertura de puertas cerradas o semiabiertas para una mejor acción política en las izquierdas.

  
Nada es binario

Lo del subtítulo es una certeza al primer cuarto del siglo 21 (lector, lectora, lectore, anote la observación temporal). Puede hacerse mucho más que ubicarse en polarizaciones abstractas ideales.

No solo está el amor u el odio, lo femenino o lo masculino, Dios o el Diablo, democracia o dictadura, maldad o bondad, guerra o paz, abstracción o concreción, proletariado o burguesía, negra o blanca tez, marrón oscura o clara, ciencia o tecnología, sapiencia o ignorancia, antiguedad o novedad, una teoría del todo o una teoría del todo anterior, socialismo o capitalismo, inocencia o culpabilidad, tecnofeudalismo o capitalismo concentrado, sencillo o complejo, Occidente u Oriente, colonia o imperio, razón o afecto, asociación o disociación, vacío o lleno, social o individual, psicológico o político, cerebral o ambiental, espiritual o material, idealista o materialista, negro o blanco.

 

No es fácil modelar a la acción política

En tres importantes y lúcidos ejemplos teóricos de construcción de izquierdas, que tratan acerca de cómo interpretar la acción política, hay impuesta una cierta metafísica-idea-mecanismo-modelo. Se mencionarán demasiado brevemente aquí. Tienen en común adecuadamente, a su manera y con interés, que las tres pusieron el foco en la sociedad y no en el Estado. Las tres conciben al Estado algo así como una expresión-consecuencia de las luchas societales, como una institución que no puede abstraerse de las mismas.  
Dicho lo anterior, el punto que se trata de argumentar aquí es que estos ejemplos de teorías son abstracciones más o menos extremas de lo que no puede ser abstraído: la acción política.  

Marx asume (con la inefable ayuda de Engels) la conveniencia de "invertir" a Hegel y su dialéctica referida al espíritu, y propone (más bien Engels) que los humanos se comportan dialécticamente, algo así como lucha de contrarios y su síntesis que genera otros contrarios, y nuevas contradicciones.  Los polos que eligen son la burguesía y proletariado de su tiempo (más bien a los europeos con apenas miradas a otras situaciones como las americanas o asiáticas), y abstrayéndose de mucha cosa concreta, como el Estado o las etnias indígenas. Y adoptan la idea de que esa dialéctica compone un camino teleológico hacia el comunismo.
No conforme con las contradicciones humanas, Engels denomina ese movimiento como materialismo dialéctico y propone aplicarlo a la materia y las cosas, propuesta luego repetida en manuales que fueron oficiales y textos cuasi religiosos, con tribunales inquisidores adjuntos incluídos. Científicos numerosos, estudiosos de la materia, se aplicaron a demostrarlo sin éxito, siguiendo un camino científico de un solo sentido.

Ni el debate dialéctico en diversos formatos ni la lucha de intereses ni la abstracción social de proletariado-obreros-trabajadores y burguesía han dejado de operar.  En particular, los sindicatos y partidos del proletariado no han dejado de enfrentar a las asociaciones y partidos de la burguesía y viceversa. El punto es que no solo esas luchas mueven las cosas políticas e históricas y muchas veces ni siquiera las mueven. Marx se abstuvo de definir precisamente el comunismo, aunque lo mencione como una sociedad sin clases, dejando pragmáticamente su construcción en manos de las luchas sociales. Y lo mismo acerca del internacionalismo.
Dicho lo anterior, hay que leer a Marx, es una lectura imprescindible.

Antonio Negri y Michael Hardt, estudiosos respetuosos de la obra de Marx, entendieron que debían formular algo que explicara mejor los acontecimientos contemporáneos. Loablemente intentan salir de los esquemas pretéritos de 1848, 1917, 1949 y 1959, ─Negri se da cuenta que salen demasiados bárbaros de esas experiencias– moviendo los puntos desde la burguesía y el proletariado hacia el "Imperio" y la "multitud", desde el valor del tiempo medio de trabajo fabril hacia el valor del conocimiento sin medida de tiempo, anotando el federalismo democrático, entre otras audacias.
Proponen a la multitud que incluye al proletariado fabril y a todas las gentes desfavorecidas y un Imperio dominante por el otro, atravesando fronteras y nacionalidades. Reivindican un internacionalismo, miran al mundo en su conjunto. Se abstienen de la dialéctica hegeliana, que les disgusta y recurren al pensamiento de Spinoza. Asumen de alguna manera un pragmatismo radical positivo, inmanente, la multitud se constituye en el actor positivo y el futuro dependerá de sus acciones, sus afectos y decisiones prácticas contra el Imperio. Para estos autores, convincentemente el comunismo es un fin deseable aunque no garantizado, nada más y nada menos dependerá de las luchas de la multitud. Hacen notorios esfuerzos por incluir la diversidad de las acciones políticas en su esquema teórico, sin lograrlo muchas veces.
Hay que leerlos a Negri y Hardt, en su libro Imperio y los sucesivos ricos textos complementarios y matizados. Incorporan disfrute de lectura en medio de estas preocupaciones compartidas.

Ernesto Laclau (y Chantal Mouffe que acompaña y extiende su obra) entendieron que no hay esencialidad de clase, etnia o género y subrayaron que las acciones políticas son contingentes. No les interesan el estructuralismo ni el funcionalismo. Toman nota de la experiencia del socialismo real del siglo veinte y se interesan por radicalizar la democracia.
A continuación asumen como idea conductora a un modelo psicológico introducido por Lacan, con mecanismos de lenguaje y se lo aplican a la acción política, con un alto grado de abstracción. Algo así como psicólogos que observan un paciente y diagnostican. Inspirados, con libertades de interpretación, en el proceso peronista en Argentina, les interesa la formación de un pueblo y sostienen una lógica populista. Toman a la demanda sociopolítica insatisfecha como la unidad de análisis de la acción política, y no a las personas o grupos.  
Por medio de relaciones o cadenas “equivalenciales” con otras demandas que puedan surgir terminan, algo así como que estructuran débilmente, identificando un “significante vacío que es la condición sine qua non de la convergencia en pueblo”…”sin la producción de vacuidad no hay pueblo, no hay populismo, pero tampoco democracia”. Para estos autores la pregunta de quién, de qué grupo es expresión tal o cual demanda no tiene sentido. El campo de la acción política es el campo del uso del lenguaje, y desde allí la formación de un pueblo que radicalice la democracia, con todo indicio del marco básico de un estado nación. Es una elección de un campo de batalla contingente, sin determinaciones, incorporando el lazo social libidinal, que no desconoce las operaciones materiales aunque no las incorpore.
Con un prólogo indispensable de textos de Lacan, es importante leer a Laclau y Mouffe.

En este ensayo se sostiene que no hay modelos socioeconómicos o lingüísticos que expliquen la acción política y que la contingencia es radical. No se sigue esquemas preestablecidos. En su lugar, es preferible una radicalización pragmatista plena de elaboración teórica y experimentación que incluya la participación del observador, para cambiar y ser cambiado.
La postulación de imposibilidades, el vacío y las relaciones equivalentes no agregan más que ejercicio intelectual interesante.
La multitud, el imperio o el significante vacío no pueden tener un no lugar, no carecen de carnalidad, hay humanos en pugna, hay palabras de humanos identificables en más o menos.
Hay sujetos individuales y colectivos que toman y desechan posturas, tomando palabras y demandas con equilibrios precarios, resultando que la estabilidad es menos probable que la inestabilidad.
La acción política está asentada y movida por las conductas determinadas y aleatorias del cuerpo y la mente, asociativa o individualmente. La mente es la incorporación de la genética, la experiencia registrada y no registrada, conciencia e inconciencia, la memoria y la respuesta a los estímulos esperados e inesperados que recibe del ambiente. La formación de grupos de individuos asociados es netamente contingente (no es un individualismo, no es un individualismo metodológico- otro modelo que no se comenta aquí) es la asociación de nuevas individualidades, pertenece a las relaciones en sentido amplio y no a la pertenencia determinante en alguna estructura económica o estructura discursiva. 

No hay "esencia" en la economía, el género o la raza. No hay clases sostenibles en la economía, no hay esencias de género, no hay razas, solo una especie humana, solo rasgos diferentes físicos genéticos e históricos que se mestizan cada vez más, como se mestizan las actividades productivas.
Ni el proletariado, la burguesía o la tecnoburguesía tienen una labor o destino manifiesto.
No hay “naturalidad” en las acciones humanas. Lo natural es la contingencia de las mismas.
La radicalización del movimiento individuo-grupo, para un lado y para el otro, el cambio de identificación polivalente, el poliamor y el poliodio son brutales, y el afecto es decisivo para la acción política. Como que el populus-multitud no actúa necesariamente como tal, y muchas veces la plebs-los más jodidos tampoco.
Y para ello conviene rastrear e incluirse en las vidas de las ochomilmillones de personas que habitan el planeta, en un cierto caos que establece órdenes y los cambia. Salir del internacionalismo y adoptar un transnacionalismo. Con el afecto y la teoría de la mano. 

 

Nadie vive seccionado o cortado en varias partes

Siguen otros dos ejemplos de teorías modélicas que obturan y debilitan la acción política.
La teoría de la interseccionalidad fue propuesta desde 1989 por la académica estadounidense Kimberlé W. Crenshaw y tiene luego numerosas continuaciones. “El término interseccionalidad, acuñado en este ensayo, me permitió describir esta complejidad y resaltar cómo la raza, el género y la clase afectan las experiencias de las mujeres
negras en los Estados Unidos”. Con la intención manifiesta compartible de unir en las personas el color de piel y rasgos que denomina “raza” (ya conocida en biología como una insustentable categoría), el “género” (elección contingente de las personas confundida a veces con prácticas sexuales) y la “clase” (pertenencia a un estrato económico social determinado aunque variable y relativamente indeterminado al siglo 21), la autora termina colaborando con una clasificación estable de esencias según esas categorías o “variables”. Anotar que la crítica se dirige a las palabras clasificación, estable y esencia.

Este segundo ejemplo refiere a una manera de entender a las personas como partes de conjuntos estables, asignándoles propiedades, conductas y psicologías propuestas axiomáticamente.
La teoría de conjuntos (axiomatizada desde 1935 por el grupo de matemáticos franceses firmantes como Nicolas Bourbaki) recoge abundantes repeticiones en textos escolares y académicos y ha sido   fuente de formación matemática por décadas. Es excelente para fundamentar la teoría numérica, agrupamientos e interrelaciones de otros entes matemáticos. Se sabe que tiene inconsistencias lógicas que suenan alarmas, aunque éstas no le impidan armar y hacer funcionar matemáticamente muchas de sus estructuras. ¿Es permisible que se extienda su enfoque a los comportamientos humanos? ¿Que se defina un homo economicus fijo? No ¿Permite cerrar los ojos y hacer de cuenta que la lógica aristotélica es suficiente para humanos como lo es para buena parte de la teoría matemática? No. Es momento de considerar-describir-incluirse-en la humanidad –en este momento unas ocho mil millones de personas– de una manera diferente a un conjunto y subconjuntos de puntos o entes con conductas asignadas por axiomas.

La persona porta un conjunto activo mente-cuerpo indisoluble, diferente de una cierta intersección de planos que pulsan cada cual por su lado, acarreando su clase, género y etnia. Para la acción política, las personas se agrupan más o menos voluntariamente en conjuntos diversos, porosos que no determinan necesariamente su conducta individual y social.
Las personas portan genes, roles, memorias, capas cerebrales, conocimientos incorporados y olvidados, experiencias y acontecimientos vividos.
Pueden ganar su vida o conseguir sus ingresos como obrero fabril, o burgués de algún tipo, propietario de cierto capital, empresario financiero, especulador de la bolsa, estanciero, arrendador, exportador, importador, banquero, constructor, agricultor, criador, empleado administrativo, empleado público, empleado doméstico, gerente, programador informático, explorador de la inteligencia informática, poeta, ensayista, diseñador arquitectónico online, político calculista estructural, investigadora, docente, trabajador informal, controladora de calidad de misiles, profesional, militar, policía, especulador, minero de criptos, tiktoker, diseñador de videojuegos, youtuber, mercenario militar, migrante, inquilina de la nube, jubilado, analista ambiental …

Y al mismo tiempo, estudiar, elegir familiares, reconocerse descendiente de españoles, italianos, indígenas o de cualquier lugar, de tal o cual etnia, con tal o cual color y rasgos de piel, simpatizar o no con una religión, ciborg de cuerpo tatuado, con una opción de género, diversidad de prácticas sexuales determinadas y en experimentación, conductor de un auto, con familiares militares, practicante de su egoísmo, colaboradora de iniciativas sociales, usuario del transporte colectivo, vecino de barrio, discriminadora de gente de piel oscura, hincha de un cuadro de fútbol, artista, concurrente a una iglesia de amistades, poliamoroso, padre, hijo, obsesionado tecnológico, menospreciador de la pobreza, músico, aficionado al cine, antisindicalista, envidioso, empático …
Es momento de simplificar las cosas.

 

Unas preguntas y respuestas para rodear las ideas

¿Esto quiere decir que hay que olvidarse de la explotación del ser humano por el ser humano?
No, simplemente entenderla mejor para poder eliminarla.
¿Y que se borren las diferencias entre los impulsos a extender el bienestar a todas las posibles personas y los impulsos a la acción individual sin importar las consecuencias?
No, eso sería borrar la diferencia entre la izquierda y la derecha.
¿Y tener presente que el fascismo es un peligro?
Uy, hay que describirlo bien, no se puede ver fascistas por todos lados.
¿?
No hablar de él en abstracto.
¿??
Con precisiones, concretamente.
¿???
Conocer la específica reacción, cómo es la violencia de la derecha.
¿Y entender el cambio como lo nuevo versus lo viejo?
Eso es una bobada.
¿?
Lo viejo puede estar en lo nuevo.
¿A la tecnología como madre del cambio?
Sí y no.
¿?
Hay muchas tías, abuelas, vecinas y amigas que empujan al cambio.
¿Y el ambiente?
Cuidarlo, en el aire, agua, tierra, animales, humanos, con precisiones.
¿Qué predomina en las mentes?
Un montón de cosas están allí, sin dominio claro de ninguna.
¿?
Al menos, a la altura del conocimiento de hoy.
¿Lo judío, árabe, israelita, musulmán, palestino-israelita, uruguayo, rioplatense, lo cosmopolita, su familia, su sindicato, sus colegas de la asociación corporativa de empresarios?
Sí todo eso.
¿Sus conexiones del colegio?
También.
¿La alegre asociación mundial de herederos de riqueza y afines?
También.
¿Su elección de género?
También.
¿Sus prácticas sexuales?
Sí.
¿Qué le inclina la balanza para tomar sus decisiones e iniciar acciones?
No se sabe.
¿Implica abandonar un esfuerzo analítico por visualizar las distintas “dimensiones” (metáfora geométrica) de la persona, o de sus “secciones” (metáfora de la separación), o de sus “órganos” (metáfora de la medicina)?
No.
¿?
Es ordenar el pensamiento.
¿??
Reconocer lo simple que es admitir la complejidad.
¿???
Es un comienzo.
¿Hay solidaridad de clase social?
Sí y no.
¿?
Las personas tienden a simpatizar con quienes tienen similares ingresos, aunque no siempre.
¿??
Y con quienes comparten sentimientos, miedos, cercanías, historias
¿Por su religión?
No solamente.
¿Color de piel?
No solamente.
¿Entonces, tiene alguna esencia la persona?
No parece.
¿Es lo indígena una esencia?
No.
¿Es la negritud una esencia?
No.
¿Tener ovarios?
No.
¿Testículos?
No.
¿Preferir una determinada práctica sexual?
No.
¿Porta el proletario alguna esencia?
Parecía, ya no.
¿Y Dios?
Nada benévola.
¿En qué se diferencia un mecánico que trabaja en una plataforma petrolífera de su propietario?
¿?
Buscan fines diferentes, confluyen en sacar petróleo.
¿??
Y el mecánico puede o no desinteresarse de la diferencia.
¿En qué se diferencia el sindicato Automobile Workers de la Ford cuando producen la abundancia de autos?
¿?
¿En qué se diferencia un investigador que busca perfeccionar un misil de la fuerza armada?
Ambos quieren que el misil sea bueno.
¿Y cómo deciden los seres humanos?
No se sabe.
¿?
No se sabe cómo funciona el cerebro-cuerpo
¿Y entonces?
Que cada abeja salga a buscar flores.
¿?
Y elija sus reinas.
¿??
Puede que quiera cambiar sus reinas y elegir las solidarias.║

Agradecimientos: a Leo Harari y Graciela Gómez Palacios

 

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Alejandro Baroni Marcenaro
Contingencia
Particularidad
Solidaridad

 

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