www.librevista.com
nº 60, octubre 2024

print (“hello world”)[1]

x Chatonaik[2]

PDF metro

En el cielo, cuando el aire está limpio y claro, hay un test de Rorschach[3] que nos está esperando.
Carl Sagan, en La conexión cósmica


Imagen de Flavia Mauro, @flaviamauro77

# Part 1 - Data Preprocessing

# Importing the libraries
import tensorflow as tf
from keras.preprocessing.image import ImageDataGenerator
tf.__version__[4]

 

(If) Si hubiera un científico computacional (trabajador de Google) lo suficientemente inquieto, experimental, como para apuntar el reconocimiento de patrones con rumbo al cielo nocturno, podríamos obtener semejanzas entre nuestra cotidianeidad subida a la nube y las estrellas. Claro, teniendo como base de datos todas las imágenes que se transmiten a los servidores para la comparativa. Pero no ha sucedido, los test psicológicos para la selección de personal han truncado esos encuentros inesperados entre la genialidad y la locura que nos permitirían explorar la psique global.

El reconocimiento facial y de patrones ha contribuido no sólo en la seguridad financiera. También hay un sinfín de estrategias de mercadeo y simulaciones visuales, enfocadas principalmente en el ocio. Ahora es más sencillo borrar la cara de un artista y colocar el tuya encima, o una hibridación entre ambos personajes. Con esa nueva función del símil corpóreo, se revelan los rostros de los usuarios registrados en las aplicaciones, sobrepuestos en cortos de películas, o momentos en cámara memorables como discursos, caídas, bailes, incluso en noticieros o videos musicales.
Es interesante como estas nuevas programaciones atienden a relacionar rostros desde muy ligeras similitudes, como suplantar identidades y permiten el hurto del cuerpo de alguien más, incluso sus pasos o su voz. Nos permite pensar ¿qué somos más allá de la materia, es nuestra la corporalidad, el rostro, nuestras huellas digitales, el iris, o es sólo el pensamiento?  Porque ese mismo cuerpo es ahora otro elemento con el que computacionalmente podemos jugar, lo podemos ampliar, cortar, editar y sigue siendo algo que reconocemos como nuestro avatar. Todo gracias a las inteligencias artificiales, porque las naturales ya no nos bastan para seguirnos contando el mito de la realidad. Sí, esto se trata de narrativas.

Hay que actualizar la posmoderna ciencia mitológica desde los límites cibernéticos. Que se decreten las verdades de la ciencia como mandamientos. Y que los símbolos, como formas antiguas, se reconfiguren ante los dogmas del pixel.
Pero a lo que nos concierne: el cielo nocturno.

(También) sería disruptiva, revolucionaria, la idea del estudio de la psique de las máquinas, ya que si no lo hacemos nosotros, ¿qué verían ellas en el cielo cuando jueguen a conectar los puntos de luz?

 

# Part 2 - Building the CNN[5]

# Initialising the CNN
cnn = tf.keras.models.Sequential()[6]

La configuración de la imagen atiende a crear una figura mental a través del lenguaje descriptivo, al menos la imagen dentro de la poesía, pero ¿qué pasa con las imágenes como fotogramas? ¿Qué veríamos en el cielo al compararlo y sobreponerlo con un banco de archivos en jpg y jpeg? La psique del mundo se vería radiografiada, sometida a un diagnóstico colectivo del cual también es parte como enfermedad. Un médico enfermo buscando lo que le acongoja al paciente que es él mismo. Con estricto rigor se analizaría la personalidad digital del mundo entero, mediciones aquí, allá, puntos de luz y sombra, colores, líneas, para contribuir en el diagnóstico: somos lo efímero, el hiperconsumo traducido a hipercreación por demanda del mercado.

Con ayuda de quienes suben elementos a la nube se podrían encontrar referencias, en los vagones de imágenes que nadan en el éter de la información, en el mundo platónico de las ciberideas, por medio del arte poética estructural del programa informático, ese de arquitectura helenodigital comparativa: imitar el verdadero ser del cielo nocturno. Ser imagen, producir la ingeniería inversa e ir del fotograma al lenguaje máquina, al lenguaje antes que a la máquina, explorar las pepitas de información para ejecutar entre ceros y unos las ordenes de lo poético del existir allá fuera, “sí” y “no” en una cifra de encendidos y apagados, en incendios, siendo lo mismo: materia y energía, traducidas a materia y energía, a través de materia y energía, intentando ser algo conceptual, tridimensional y con sentido.  

Y ¿cómo sería buscar entre ese inimaginable mar de electricidad comparada? Saciaríamos la búsqueda de posibilidades, la renderización[7] , la ejecución: las referencias, los símbolos, los recursos académicos y de ocio; encontraríamos dispuestas hasta las desestructuradas máscaras del lienzo y el papel, el grafito en microcabuchones[8] de pixel por bit, todo sería una licencia del método proyectivo del psicodiagnóstico. La composición rítmica de los astros, en esta esfera de explosiones musicales de trecientos sesenta grados, sometida y limitada a la colecta binaural[9] del ordenador y programadores (ceros y unos como fractal del lenguaje).

Ejecutar el diagnóstico en esta búsqueda de constelaciones nos dotaría de las primeras imágenes que reflejen la realidad de una aldea global. Unir los puntos es un juego minimalista que bajo nuestro experimento mental propone dos periferias[10] : la de la seguridad informática en el reconocimiento facial y la de las dos principales dimensiones en las que se manejan los cálculos matemáticos básicos de la especie humana (puntos y líneas).
# You have numbers
33  # => 33

# Math is what you would expect
1 + 1   # => 2
           
Hay un terror evidente (en los pregonadores de la inutilidad del algebra en la vida diaria) en dejar que las matemáticas configuren el rostro del alma, pero las matemáticas sólo nos dan resultados esperados. Poniendo énfasis en que hablamos de rostros, elemento actual de cercanía entre la constelación y la imagen (imagenología), astrología y mito. Así es, es la rebelión primera en contra del monopolio del mito, y tal vez sólo el principio de la continuidad y permanencia del mismo. Actualización a la manera de contarnos el mundo. Cada generación ha tenido una forma de decirse a sí misma los límites de la ciencia y la realidad conforme a su bagaje personal. Es obvio que en un mundo en el que la información es casi de libre acceso, en el que podemos cruzar las barreras territoriales a través del Internet, y brincar los muros del Internet con una VPN, estaremos atiborrados de información, de narrativas. Pero, gracias a esa saturación estamos entrando en un momento de consumos condensados, conjuntos ordenados, videos de quince segundos, panfletos políticos en viñetas e incluso críticas artísticas en memes. Somos lo que consumimos, no hay que ver con inocencia nuestros consumos políticos, sociales y culturales. Somos residuos de estrellas como fotones y electrones, articulados en encendido y apagado para contarnos palabras, palabras para contarnos símbolos y símbolos para contarnos historias.
 
Resulta interesante vernos como materia también, polvo que piensa acerca de estrellas, que busca su rostro o una cara familiar en el mismo polvo, en las líneas de la pared y el cielo. Busca reconocerse en lo fractálico[11] del universo. Alimentando la pareidolia[12] de la existencia que escudriña la traducción del cosmos en un lenguaje universal ante la atomización de los elementos complejos, error común al seguir los principios de la navaja de Ockham, no somos nada simples si profundizamos en nuestra existencia y tratamos de explicarla. En un universo surreal no podemos obtener resultados clásicos, aunque sí elegantes, dice la matemática y la física cuántica.

Nos explicaremos a través de nosotros mismos, todos los lenguajes en uno solo, todas las imágenes en los colores de la tabla periódica. Lo que no logró el esperanto, lo harán las estrellas, y todo lo que de ellas podemos conocer, vislumbrar, comparar, volver ecuaciones, para medirnos como dioses.
 

 

# Part 3 - Making a single prediction

import numpy as np
from keras.preprocessing import image
test_image = image.load_img('dataset/single_prediction/hunter_or_dog_1.jpg', target_size = (64, 64))[13]

En el poema El primer coro de la roca, el escritor británico estadounidense T. S. Eliot, nos brinda algunos versos críticos y proféticos, así como lo hace la buena poesía, sobre la configuración de las luces celestes; el cazador, Orión, y su Canis maioris; perpetuo recurso de las estaciones // revolución incesante de configuradas estrellas. Me permito la licencia de restructurar la linealidad del poema para mostrar las ideas a continuación.

Hay un seguimiento de los astros por la nocturnidad, así como el can y el cazador, uno delante del otro, invierno que precede a la primavera, mismo que sucede con el otoño. La polaridad del eje terrestre nos configura los límites del cielo. Pero no sólo eso, llegó el momento en el que el humano nos prefiguró la noche: de hoy en delante podríamos usar, los amantes de la ciencia y los nostálgicos de los cielos nocturnos llenos de estrellas, el sintagma a. E., antes de Edison. El cielo sólo se veía oscurecido tras la ceguera que produce la cercanía con la fogata, la veladora, el incendio funerario. Pero luego, llegó el nuevo término a considerar: contaminación lumínica, alteración a la oscuridad natural, luminiscencia ineficiente que se refleja al horizonte de oscuridad. De nuevo, se apresuró el humano a amplificar los lúmenes, los watts por hora, cambió el filamento de tungsteno por el led, ahorró en costos para aumentar la cantidad de luces y así la contaminación en el cesto celeste. Programó microcontroladores, transistores, fotorresistencias, sensores de movimiento, Echoes Alexas, Google assistants, para crear horarios o modos de encendido. La humanidad se ha limitado a producir un deshecho cómodo y elegante en contra de las constelaciones.

Y como si no fuera suficiente, dejando de lado la opacidad que vamos relegando con el paso de las ciudades, la búsqueda de protagonismo, dinero e historia del empresario Elon Musk, a través de su compañía Starlink, ha despertado el alarmismo de la doctora Samantha Lawler, astrónoma y modeladora computacional de exoplanetas de la University of Regina en Saskatchewan, Canadá, quien en su preocupante predicción nos dicta la sentencia en contra de las estrellas: dentro de los próximos años, una de cada quince luces en el cielo nocturno será un satélite. ¿Deberíamos empezar a llamar esta nueva era, de la astronomía constipada ante la ambición de la comodidad, como un d. M, después de Musk? Eso nos lo dirá el futuro, silencioso y quieto. Lo que sí podemos saber con seguridad es que cada vez es menos probable que existan sujetos familiarizados con el aspecto natural de la noche, entre más conquistamos la tecnología, menos seguridad hay de conocer la pulcritud del mundo virgen de nuestros antepasados.
Configuraremos, programaremos nuevas constelaciones y serán a imagen y semejanza del ambicioso polvo de estrellas.

 

Epílogo
# Part 4 - Output Layer

if result[0][0] == 1:
    prediction = 'Orion constellation'
else:
    prediction = 'Canis maior constellation'
print(epilogue)[14]

¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.

T. S. Eliot

 

 

[1]

Se inicia un programa informático denominado “Hola Mundo” (nota ed.).

[2]

Bernardo de la Rocha, nacido en ciudad Delicias, Chihuahua, México. Estudió Licenciatura y maestría en ciencias. Le gustan los juegos de PC, y discutir con los amigos sobre las consecuencias de los avances del mundo y sobre cualquier cosa de interés, con unas cervezas siempre a la mano. Comenzó a escribir a través de un taller de escritura creativa de la plataforma Libera (nota del autor).

[3] El test de Rorschach es una técnica de psicodiagnóstico que consiste en mostrar imágenes a la persona y preguntarle qué es lo que ve, con el objetivo de evaluar su personalidad. Ver más detalles en: https://es.wikipedia.org/wiki/Test_de_Rorschach. (nota ed.).

[4] # Parte 1 Preprocesamiento de datos.
El programador usa un lenguaje técnico, como un código, para comunicarse con su computadora, que tiene instalado unos programas determinados. Le pide al programa que importe bibliotecas de imágenes o bancos de archivos de imágenes que la gente ha subido a la nube y también que incorpore un generador de imágenes (nota ed.).

[5] CNN (Convolutional Neural Network) La Red Neural Convolucional es un algoritmo de aprendizaje profundo (Deep Learning algorithm) diseñando especialmente para trabajar con imágenes y videos (nota del autor).

[6] # Parte 2, Construyendo la CNN
el programador ordena a ese algoritmo de inteligencia artificial que trabaje en forma secuencial, paso a paso con el banco de imágenes que se importó en la Parte 1 (nota ed.).

[7] Proceso de finalización, toques, retoques, ajustes de una imagen digital mediante software informático (nota ed.).

[8] Piedras preciosas minúsculas (nota ed.).

[9] Como música binaria (nota ed.).

[10] Dispositivos auxiliares de ayuda al programa informático (nota ed.).

[11] Compuesto de fractales Un fractal es una figura geométrica que se ve repetida (nota ed.).

[12] Cuando una imagen se percibe como algo reconocible (nota ed.).

[13] # Parte 3 Haciendo una sola predicción
El autor pregunta a las imágenes de su banco: ¿Será la constelación del cazador Orión o la del can mayor? (nota ed.).

[14] # Parte 4 – Capa de salida
Salida, respuesta, de la comparación de imágenes, y aparece el epílogo de la propuesta “Hola Mundo” (nota ed.).

 

Palabras clave:

Rorschach
Premio 2024
Concurso 2024
Hello world
Inteligencia artificial
Bernardo de la Rocha

 

www.librevista.com
nº 60, octubre 2024